Italia: comienza la cuenta atrás
- José Ignacio Villar (@villarromeroig)
- 17 ene 2018
- 3 Min. de lectura

El pasado 28 de diciembre, el Presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella, disolvió el Parlamento y convocó elecciones generales para el próximo 4 de marzo. Tras este anuncio, los partidos políticos están terminando de diseñar sus estrategias de cara a unos comicios que serán decisivos no sólo para el país, sino también para la Unión Europea.
Italia es uno de los países democráticos más caóticos e imprevisibles de nuestro entorno. Tras la dimisión de Silvio Berlusconi en el año 2010, cuatro personas diferentes han ocupado el puesto de Primer Ministro a lo largo de una crisis económica que también ha sacudido duramente a la sociedad de la nación mediterránea.
Si bien durante el gobierno de Matteo Renzi (2014-2016) la situación parecía estabilizarse siguiendo un rumbo reformista de la mano del centro-izquierda del país (el Partido Democrático), el proyecto progresista fracasó en un referéndum que hubiera marcado un antes y un después en la historia política del país. Italia votó en contra de cambiar la ley electoral y rebajar el poder del Senado, lo que desencadenó la dimisión de Renzi como Primer Ministro y líder de su partido tras el fiasco de sus propuestas.
Paolo Gentiloni le sustituyó como cabeza del Ejecutivo, y actualmente sigue en el cargo agotando las últimas semanas de la legislatura. Mientras tanto, en el PD se ha vivido una encarnizada lucha de poder en la que las primarias de abril devolvieron el poder a Renzi como Secretario General de la formación: quiere volver a liderar Italia después de las elecciones. Su vuelta al ruedo provocó una escisión de un sector del partido que acusaba al reelegido de haberse alejado de la izquierda: fundaron Libres e Iguales, que ronda un 6% del voto en las encuestas.
No obstante, el imparable ascenso del Movimiento Cinco Estrellas merma las previsiones de los socialdemócratas: muchos sondeos indican que Luigi di Maio (líder de la formación populista) ganaría las elecciones con mayoría simple. Di Maio relevó a Beppe Grillo al frente de una fuerza que se posiciona contra las políticas de Bruselas y basa gran parte de su programa en abolir un considerable número de leyes. Cuando el cómico Grillo fundó el partido, sus postulados iniciales sugerían salir del Euro e incluso de la OTAN, iniciativas que parecen haber relajado de cara a ganar el voto moderado.
Y aunque la izquierda y los populistas conservan por ahora la mayor parte de los apoyos claves para las elecciones, no han dejado de temer un posible resurgir de la derecha italiana, con opciones de gobierno tras una coalición poselectoral (Forza Italia, Liga Norte y Hermanos de Italia). Forza Italia lleva como cabeza en las listas a Berlusconi, que está inhabilitado por sentencia judicial hasta 2019. Sin embargo, todo parece indicar que determinará la campaña y que incluso será él mismo el que elegirá un candidato para el cargo de Primer Ministro en el caso de que los suyos tengan la opción de liderar el Ejecutivo.
Del mismo modo que el Movimiento Cinco Estrellas, un partido “atrapatodo” y considerado como populista está subiendo en los sondeos, la ultraderecha también espera un gran avance. La Liga Norte y Hermanos de Italia confían en ser llave de gobierno con sus programas eurófobos, anti-inmigración y en contra de la globalización. El líder de la Liga Norte, Matteo Salvini, llegó a publicar en Twitter: “Viva Trump” “Viva Putin” “Viva Le Pen”.
Este panorama seguirá desarrollándose frenéticamente en las próximas semanas. Hay serias posibilidades de que por primera vez un equipo populista gobierne uno de los grandes país de la Unión Europea, aunque también se barajan otras opciones probables como un gran coalición Renzi-Berlusconi o el ya mencionado gobierno de derechas.
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