¿Cómo interviene Putin en Occidente?
- José Ignacio Villar (@villarromeroig)
- 29 nov 2017
- 3 Min. de lectura

En las últimas semanas diversos políticos e instituciones han acusado a la Rusia de Vladimir Putin de injerir en la política interna de varios países. El creciente peso y liderazgo mundial de su nación parece sostenerse en intromisiones que estarían boicoteando el desarrollo político de los estados con los que choca en intereses estratégicos. La crisis de Cataluña ha traído este debate a España.
La intrusión más conocida y comentada es la que se habría realizado a favor de Donald Trump en EEUU en los últimos dos años, pero la maniobra también parece darse en distintos países europeos. Datos cibernéticos procedentes de distintos informes de agencias de inteligencia señalan que desde Rusia se ha prestado apoyo virtual y de cobertura que ha beneficiado a las formaciones extremistas. Dentro de estas, el Frente Nacional de Marine Le Pen en Francia, o sus formaciones homólogas en países como Alemania, Austria o Países Bajos (los holandeses se vieron obligados a contar a mano los votos para evitar posibles ciberataques).
Al otro lado del Canal de la Mancha, en Reino Unido también hay pruebas de que el Brexit habría recibido un considerable apoyo desde el gran país del este. Theresa May denunció públicamente los ciberataques y el espionaje ruso, que parecen estar sacudiendo a varias instituciones de los países occidentales. La UE apoya a la Premier británica; desde Bruselas han alertado a los socios comunitarios y a sus aliados atlánticos del peligro de la situación.
En España, el Gobierno de Mariano Rajoy señaló al de Putin como responsable de gran cantidad de “fake news” (término que usó Alfonso Datis) en el transcurso del referéndum del 1 de octubre y los días posteriores. Las declaraciones no sentaron bien en el gobierno de Putin, y Moncloa se vio obligada a matizar que la intromisión venía de Rusia, con desconocimiento de si el Kremlin estaba involucrado o no. La ministra de Defensa, Maria Dolores de Cospedal, también situó a Venezuela como uno de los países detrás de las injerencias.
La ministra de Defensa, que ha tomado un papel relevante en el asunto, picó en una broma telefónica que le hicieron unos humoristas rusos hace unos días. Los miembros del gabinete que acompañaban en ese momento a la popular no sabían inglés y no pudieron evitar que contactasen con Cospedal haciéndose pasar por el ministro de Defensa de Letonia. También trataron de “engañar” a Carles Puigdemont haciéndose pasar por un gobierno ucraniano que reconocería una Cataluña independiente.
Aunque sean mofas, esta forma de operar hacia los medios de comunicación es el día a día en la inteligencia rusa según la CIA o el FBI. Las noticias falsas distribuidas por los denominados “trolls” interfieren en la opinión de los votantes a través de las redes sociales e internet.
¿Qué gana Putin inmiscuyéndose en las políticas internas de tantos países?
Desestabilizar a Occidente es su gran objetivo. Las democracias consolidadas han plantado cara con gran firmeza a las aspiraciones rusas desde la caída de la URSS. El apoyo de Moscú a los extremistas y a los populistas del s.XXI no sería en vano: según muchos analistas, si estos partidos llegasen al poder, harían virar sus diplomacias hacia un acercamiento a Rusia, como está ocurriendo en EEUU.
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