Rajoy se reúne con Sánchez y Rivera tras el referéndum
- José Ignacio Villar (@villarromeroig)
- 4 oct 2017
- 2 Min. de lectura

Tras el referéndum del 1 de octubre en Cataluña, Mariano Rajoy convocó a Pedro Sánchez y a Albert Rivera para reunirse con ellos por separado. La imagen del gobierno central se ha deteriorado tras las actuaciones de las fuerzas de seguridad en el pasado domingo, por lo que Moncloa ha decidido tantear las posiciones del bloque constitucionalista (excluyendo a Podemos).
Si bien el líder del ejecutivo se mantuvo en su posición y negaba que se hubiese producido el referéndum, Sánchez manifestó ayer la necesidad de establecer una negociación inmediata con la Generalitat, enfrentada desde hace años con el Gobierno español. El socialista condena las cargas policiales, y anuncia que su partido pedirá responsabilidades tras lo sucedido. Además, emplaza al Presidente a no sólo consultar a PSOE y Ciudadanos, sino también al resto de fuerzas políticas, mencionando directamente al grupo parlamentario de Unidos Podemos.
La postura de Sánchez contrasta con la de los sectores oficialistas derrotados en las primarias; Susana Díaz y su federación se han mostrado más contundentes contra el proyecto de independencia catalán, al igual que el expresidente Felipe González o Alfonso Guerra, quienes han llegado incluso a pedir la aplicación del artículo 155.
Rivera también ha solicitado seguirlo, y ha demandado a Rajoy que lo aproveche para convocar elecciones autonómicas inmediatas. La formación naranja presentó hace poco una moción de censura contra Puigdemont, aunque Arrimadas aún no ha conseguido el apoyo de ningún otro partido. Empeñados en derrotar a la coalición nacionalista, han calificado de “fracaso” la gestión del estado central en el referéndum.
Las decisiones de Rajoy le han puesto en entredicho para los próximos días. Ha recibido quejas de inmovilismo y falta de presencia, por no contar las acusaciones de exceso de desproporcionalidad por parte de los dispositivos de los cuerpos de Interior. De este modo, muchos han exigido su dimisión y reclaman un nuevo interlocutor entre las partes, entre ellos Iglesias, quien considera que el PP no está legitimado para ello.
A todo esto, el Congreso no debatirá el asunto hasta la semana que viene. Al no haber prevista sesión plenaria esta semana, Rajoy tendrá que esperar a comparecer hasta el 10 de octubre, fecha para la que ya habrá cambiado la situación y el debate aborde más puntos aparte de lo ocurrido el 1 de octubre.
Con este panorama, la situación política española se ahoga todavía más en un clima de inestabilidad y ruptura en el que se sospecha que aún no ha llegado lo peor. Rajoy se juega su continuidad y la visión internacional de España en los que quizás sean los días más difíciles de nuestra historia democrática.
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