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2019: la madre de todas las citas electorales

  • José Ignacio Villar (@villarromeroig)
  • 22 ago 2017
  • 4 Min. de lectura

Aún queda mucho, pero todos los partidos tienen en el punto de mira un año electoral que marcará un antes y un después en la historia de nuestro país. En 2019, España se enfrentará a elecciones europeas, autonómicas, locales, andaluzas y catalanas (estas dos últimas si nada cambia hasta entonces)… y quién sabe si también generales. Esto supone que el nuevo curso político que comienza en septiembre será el último antes de la gran cita, por lo que las fuerzas políticas han comenzado ya a diseñar sus estrategias de cara a los futuros comicios. Los dos grandes partidos persiguen ser primera fuerza, mientras que los nuevos quieren, como mínimo, consolidarse como opciones alternativas.

Antes de repasar una por una las prioridades de cada partido, hagamos un pequeña proyección demográfica sobre como habrá cambiado la población española para entonces. Según el INE, España tendría poco más de 46 millones de habitantes (de los cuales podrían votar 35), seguiría con un saldo migratorio negativo, y continuaría envejeciendo (los mayores de 64 años alcanzarían casi un tercio de la población).

-El Partido Popular quiere recuperar lo perdido en 2015.

A pesar de quedar como primera fuerza política en Baleares, Castilla-La Mancha, Cantabria o Valencia, los de Génova no obtuvieron la mayoría necesaria (ni con la suma de Ciudadanos) para gobernar. Ocurrió lo mismo en gran parte de los municipios, donde diferentes coaliciones locales superaron la representación de los populares. Buscan superar la imagen de corrupción que le ha costado tantos votos, por lo que se centran en renovar su imagen, su política, en incluso su puesta en escena. En los próximos meses comenzaremos a conocer sus nuevos candidatos; parece estar casi confirmado que Pablo Casado será el candidato a relevar a Manuela Carmena en el Ayuntamiento de Madrid, mientras que no sabemos si Cospedal volverá a enfrentarse a García-Page en Castilla-La Mancha siendo Ministra de Defensa.

-El PSOE buscará mantener su poder autonómico y alcanzar al PP en las europeas.

Los pactos con Podemos y Ciudadanos le sitúan como el partido con mayor poder territorial, por lo que le interesa mantener buenas relaciones con los que un futuro podrían renovar sus alianzas (acaba de incluir a Podemos en el gobierno de Castilla-La Mancha con una vicepresidencia). Y todo esto en convivencia con un totum revolutum tras el regreso de Pedro Sánchez, que está terminando de configurar un nuevo partido socialista desligado de las viejas caras. ¿Mantendrá su apoyo a los barones que le reprobaron en su día y se sumaron a Susana Díaz? No sabemos cómo tomará las cartas en ese asunto, pero si conocemos que será determinante el papel que tome el PSC de Iceta, fundamental en la victoria de Sánchez en las primarias, y siempre complejo en sus relaciones con el PSOE central. En definitiva, puede ser el partido que más sorpresas nos dé en este curso político, en el que sabremos quién cogerá el relevo a Elena Valenciano como candidata europea.

-Podemos pretende convertirse en la primera fuerza de izquierdas, superar al PSOE, y plantar cara directamente al PP.

Los de Iglesias, que han vivido un año político difícil tras la disputa con los errejonistas en Vistalegre II o algunas divisiones territoriales, quieren conseguir más “ayuntamientos del cambio” entre los que ya se incluyen Madrid, Barcelona, Valencia, Zaragoza… y llegar a los gobiernos autonómicos, sobre todo de la mano del propio Errejón en la Comunidad de Madrid para batirse con Cifuentes, dejando así el parlamento nacional. Parece que la llegada de Sánchez puede abrir paso a futuras alianzas tras el nuevo discurso izquierdista del socialista, lo que podría beneficiar a Podemos a la hora de los pactos… pero que podría restarle votos tras un posible acercamiento ideológico entre ambos. En conclusión, Podemos lucha por hacerse más fuerte en los grandes espacios urbanos, convencer a más jóvenes de su proyecto, y en un futuro, llegar a la Moncloa saltando desde un trampolín de poder autonómico y municipal.

-Ciudadanos aspira a formar parte de los gobiernos autonómicos e incluso del nacional en 2019.

Rivera ha señalado ya varias veces que quiere convertir a su partido en una fuerza de gobierno, ya que actualmente no tiene ninguna consejería en ninguna comunidad autónoma y gobierna en un número muy reducido de municipios. En resumen, el objetivo es dejar de ser tan sólo un partido llave para convertirse en una formación con acceso a las instituciones. Para ello, Rivera busca nuevas caras con un nuevo discurso liberal a la caza de votantes del PP e incluso de un PSOE más alejado del centro.

-Los nacionalistas seguirán previsiblemente con las mismas metas actuales.

Posiblemente, ERC superaría al PDECat de Puigdemont si se cumplen las predicciones de los sondeos, algo que ya ha ocurrido en las elecciones generales… pero que difícilmente ocurriría a nivel autonómico si no se rompe la alianza Junts pel Sí. En Euskadi, el PNV desea continuar como primera fuerza nacionalista aguantando el pulso a Bildu, aunque sus autonómicas estarían previstas junto con las gallegas para 2020.

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