¿Se está tambaleando la presidencia de Trump?
- José Ignacio Villar (@villarromeroig)
- 27 jun 2017
- 3 Min. de lectura

Donald Trump ya ha ejercido medio año como presidente de los Estados Unidos. El inicio de su legislatura ha estado impregnado de polémicas, acusaciones, conflictos, escándalos… salpicando tanto a su campaña electoral como a sus primeras decisiones tomadas desde la Casa Blanca.
Después de una victoria ajustada frente a Hillary Clinton, los mercados bursátiles y los cimientos de los sistemas políticos de los países occidentales entraron en estado de shock. Un magnate antisistema y populista llegaba a la Casa Blanca. No era la primera vez que EEUU conocía a un candidato con tal perfil en unas elecciones presidenciales (en 1992, Ross Perot llevaba un programa casi idéntico al de Trump en 2016), pero sí la primera que se convertía en el Jefe de Estado de su país.
A día de hoy, ha vivido unos meses frenéticos en los que ha tenido que hacer frente a una escalada de tensiones con Corea del Norte, nuevos pasos en la guerra de Siria, una crisis política en Turquía, o lo que le puede costar la presidencia:la redefinición de las relaciones internacionales con la Rusia de Putin.
El FBI ha estado investigando desde el año pasado las turbias relaciones de Trump con Rusia antes de llegar a la Casa Blanca. Dichas indagaciones señalan una presunta colaboración con el republicano para torpedear la campaña de Hillary Clinton, debilitando así a una candidata que casi todos los sondeos daban por ganadora.
El director del FBI y principal investigador de dicha trama, James Comey, fue destituido por Trump bajo el pretexto de haber archivado irregularmente el caso de los correos de Clinton, el principal escándalo mediático que desprestigió la campaña de la líder demócrata. No obstante, se da por hecho que ese caso no ha sido el que ha quebrado la relación Comey-Trump, sino más bien las profundas pesquisas del primero sobre lo que se ha bautizado como el Rusiagate, escándalo que recuerda al Watergate que obligó a otro presidente republicano a dejar el cargo, Richard Nixon.
El magnate americano ha diseñado ya una estrategia de defensa con la que soportar la ofensiva que está recibiendo por parte de la opinión pública estadounidense, en la que los medios de comunicación hieren cada día con sus titulares y artículos a un presidente que se atrinchera y echa la culpa a otros. Entre estos presuntos culpables según Trump, se encontraría el expresidente Barack Obama, al que acusa ahora de no haber evitado la intromisión rusa en las elecciones cuando habría recibido informes de que tal injerencia se estaba dando.
Además de señalar a Obama, el presidente tampoco confía en el fiscal que está instruyendo el caso, Robert Müller. Al igual que Comey, es exdirector del FBI, lo que no ha gustado nada a Trump, quien señala que ambos exdirectores son muy cercanos y estarían conspirando contra él. Lo que sí parece demostrado es la implicación de su yerno, Jared Kushner (esposo de Ivanka Trump) en dicho escándalo. No sabemos si el tribunal dictaminará contra el presidente, aunque si es probable que lo haga contra su administración después de que el general Flynn, figura importante en los primeros días de Trump, dimitiese en febrero tras su presunta implicación en el caso.
A pesar de ser un país presidencialista, Estados Unidos contempla la posibilidad de una especie de sistema de moción de censura que podría acabar con el magnate, el conocido impeachment. En resumen, si la justicia viese pruebas de delito, (el tribunal de Müller) la Cámara de Representantes decidiría los cargos con los que se acusaría a Trump. Justo después se trasladaría el proceso al Senado, en el que es necesario una mayoría de 2/3 para inhabilitar al presidente. De prosperar plenamente, a Trump le sustituiría su vicepresidente, Mike Pence.
Sólo dos presidentes han sufrido el impeachment a lo largo de la historia, y ambos han sobrevivido a él (Bill Clinton en 1999 y Andrew Johnson en 1868). Nixon iba a someterse a uno tras el Watergate, pero presentó su dimisión antes del proceso.
¿Vivirá Trump un impeachment? A la vista está lo que dictamine la justicia americana, que nunca ha destacado por su rapidez. En el caso de que Trump fuese señalado, tendría la ventaja de que tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, su partido, el GOP (Great Old Party, los republicanos) tiene mayoría. Esto no significa que goce de todo el apoyo de los parlamentarios de su partido ni mucho menos, pero sí es un punto a favor con el que puede jugar.
Comments