Atutxa no es Mas
- Anna Norte (@annanorte)
- 14 jun 2017
- 2 Min. de lectura

Juan María Atutxa con Artur Mas / EFE
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos falló el martes 13 a favor del expresidente del Parlamento vasco Juan María Atutxa (PNV) y de los ex miembros de la Mesa de la Cámara Gorka Knörr y Kontxi Bilbao.
El TEDH consideró que España vulneró el artículo 6.1 y 3 de la Convención europea de Derechos Humanos al no querer escuchar la versión de los tres condenados por negarse a disolver el grupo socialista Abertzaleak tras la ilegalización de Batasuna.
Muchos medios de comunicación de Cataluña no han tardado en relacionar la sentencia de Atutxa con la inhabilitación que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña dictó contra Mas, Ortega y Rigau por la celebración del 9N.
La felicidad sorpresiva de algunos mandatarios catalanes como Homs, Puigdemont o Mas, por la resolución del Tribunal, choca con la distinta realidad de las dos causas. A pesar que ambas podrían ser consecuencias de una excesiva politización de la justicia en el Estado Español, aplazan claramente en la falta de adecuación de las inhabilitaciones como instrumentos de “conflictos” políticos.
Se tiende a equiparar la situación de Mas con cualquier causa "justa" con final victorioso y lo único que se hace es desgastar el "procés", y crear un aparente victimismo reflejándonse en sentencias inverosímiles.
En este caso, la sentencia del Tribunal de Estrasburgo no valora si la inhabilitación es una condena adecuada para solucionar casos políticos, solo llega a aclarar que se vulneró su derecho a un juicio justo y con garantías, donde los acusados pudieran defenderse. No es la primera vez que el TEDH advierte a España de saltarse las audiencias públicas.
Hablar del "procés" de manera desafiante, da una idea errónea de provocación y hasta de pataleta y no es lo que se está intentando transmitir desde la sociedad civil catalana. Desde Cataluña deberíamos apelar a la libertad de expresión y continuar con el debate constructivo, como Forcadell permitió en el Parlament. Eso siempre.
Pero a su vez, ser críticos y estrictos con las comparativas judiciales, ya que no se ha cuestionado la desobediencia de Atutxa a la autoridad judicial sino el hecho de no haber recibido audiencia. Y eso no tiene nada que ver con Mas.
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