Duro debate en una moción de censura sin precedentes
- José Ignacio Villar (@villarromeroig)
- 13 jun 2017
- 3 Min. de lectura

La moción de censura ha generado una atmósfera tensa y conflictiva en el Congreso de los Diputados, en el que las rivalidades se han acentuado en las distintas intervenciones y réplicas.
El órdago de Podemos al gobierno de Rajoy ha dejado momentos de gran interés para el análisis político. En primer lugar, tanto PP como Podemos han decidido sorprender al rival cambiando los diferentes portavoces que han tomado voz en el parlamento, desdibujando así las estrategias planeadas del adversario. Rajoy, quien no iba en principio a defenderse a sí mismo, ha optado por una táctica que ha resultado imprevisible para muchos.
Por otro lado, ha sido Irene Montero (Podemos) quien ha iniciado la jornada parlamentaria con un duro discurso en el que ha aprovechado su tiempo para enumerar la lista de casos de corrupción que habrían salpicado al Partido Popular, además de citar a personajes como Valle-Inclán, Gabriel Celaya, Rosa Parks o Clara Campoamor para justificar sus argumentos y definir al PP como una “banda criminal”.
El líder de la formación morada, Pablo Iglesias, se pronunció más tarde en una larguísima intervención plagada de referencias a la España del s.XIX, además de proponer un gobierno a la portuguesa en el que la suma de todas las izquierdas obtuviese la presidencia. Rajoy, sin embargo, aseguró que un Presidente como él sería letal, acusándolo de apoyar el referéndum catalán, o de querer lo peor para el país ganando así rédito político. En total, el debate ha alcanzado ocho horas de duración, registro histórico en las actas de la Cámara Baja. La ausencia de límites de tiempo pone en cuestión un reglamento que quizás los grupos parlamentarios estén planteando renovar.
Pero no sólo han sido protagonistas los líderes de estos dos partidos. Joan Tardà, portavoz de Esquerra Republicana, se ha mostrado orgulloso de sumarse a la moción de Iglesias, quien ha llegado a señalar que el Gobierno ha tratado de criminalizar a los nacionalistas. No ha opinado igual el PNV, cuyo portavoz Aitor Esteban ha reprochado a Iglesias su actitud y su “búsqueda de protagonismo”.
Pero si ha habido un portavoz minoritario en el parlamento que ha llamado la atención, ha sido desde luego Ana Oramas, de Coalición Canaria, quien ha tildado a Iglesias de machista y autoritario, proclamándose ante él como una mujer “no sumisa”. Recordemos que tanto CC como PNV acaban de firmar acuerdos millonarios que sostendrán a Rajoy al menos hasta 2018, por lo que era de esperar que defenderían al presidente al menos de forma indirecta.
Se ha evidenciado así la mediocre relación que mantiene Podemos con los partidos minoritarios, que como se ha visto en los Presupuestos, pueden ser determinantes. Iglesias ni siquiera ha conseguido el apoyo del PDECat, partido que ya ha comunicado que se abstendrá en la votación, ya que según su nuevo portavoz “no servirá para echar al PP”.
Mañana escucharemos las intervenciones de PSOE y Ciudadanos, quienes a pesar de no protagonizar la moción, son la llave para que esta hubiese triunfado. El partido naranja ya se ha apresurado a calificar de “show” o “performance” las palabras de Iglesias y Montero, mientras que el PSOE, en boca de su nuevo portavoz José Luis Ábalos, ha acusado a Podemos de incrementar la frustración.
En último lugar, la moción ha dejado también momentos curiosos. Mientras Montero e Iglesias arremetían contra los populares, se ha podido ver como el ministro Méndez de Vigo leía libros sobre el Quijote o Miguel Hernández, o la vicepresidenta Sáenz de Santamaría no levantaba la cabeza de su teléfono, motivo por el cual Iglesias le ha exigido respeto.
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