¡Ai tiriti Trump Trump!
- Adrià Huertas Vidal (@adriahuertas19)
- 1 may 2017
- 2 Min. de lectura

Se cree un Dios entre los dioses y solo es otro burro en el establo dando coces. Pasamos ya los 100 días desde que la melena rubia llegará a la Casa Blanca y en realidad no era oro todo lo que reluce, ni si quiera su pelo. El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, no ha hecho más que darse de bruces contra la realidad y ha demostrado que se encuentra más cómodo en la posición de candidato que de presidente.
Sus 100 días de presidencia llegan en plena feria de abril en España y lo que toca decir dando palmas es ¡Ai tiriti Trump Trump! Y lo poco que podamos celebrar, hacerlo con un rebujito en la mano. Porque el magnate republicano no ha podido cumplir muchas de sus promesas electorales y eso se merece un brindis. La más popular, el muro en la frontera de México, se ha quedado paralizada esperando que alguien lo pague, que desde luego no serán los mexicanos tal y como prometió Trump en campaña. Además, otra de las promesas estrellas, la reforma sanitaria que liquidaría el Obamacare, se tumbó en la Cámara Baja por falta de apoyo.

"Perro ladrador, poco mordedor". "Dime de qué fardas y te diré de qué careces". Y esperemos que "por la boca muera el pez". En estos primeros 100 días Trump ha podido hacer poco más que cambiar el color de las cortinas del despacho Oval. No ha podido llevar a cabo la prohibición de entrada en Estados Unidos de personas procedentes de siete países musulmanes, los jueces se lo pararon demostrando que el sistema de contrapesos puede parar las polémicas reformas del presidente.
De hecho, el único logro de Trump, aunque no es poco, ha sido la nominación de Neil Gorsuch para el Tribunal Supremo que le permite tener mayoría republicana en dicho órgano judicial. Ahora, acaba de presentar su reforma fiscal que de aprobarse beneficiaría a los muy ricos y a las grandes empresas.
Lo que mejor ha hecho es seguir con la misma actitud ofensiva que tenía en campaña. En estos primeros 100 días ha acusado a Obama de espiarle, colgó el teléfono al primer ministro australiano, negó la mano a la canciller alemana Ángela Merkel, se ha metido con los servicios de inteligencia tanto propios como ajenos y ha declarado la guerra a la prensa. Trump se encuentra más cómo haciendo tuits que cumpliendo su programa electoral. Solo el discurso presidencial y el bombardeo en Siria han hecho de Trump algo parecido a un presidente de los Estados Unidos. Por todo lo demás, ¡Ai tiriti Trump Trump!
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