El 'procés' reclama el aval de Europa al referéndum
- Adrià Huertas Vidal
- 25 ene 2017
- 2 Min. de lectura
Los líderes de Junts pel Sí se reúnen en el Parlamento Europeo para pedir a los asistentes que apoyen el derecho a decidir de Cataluña

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, acompañado de su vicepresidente, Oriol Junqueras, y el conseller d'Afers Exteriors y Transparencia, Raúl Romeva ha comunicado su intención a la cámara europea de hacer un referéndum antes de septiembre de 2017 ya sea pactado con el estado español o no. "Europa no puede mirar hacia otro lado y tendrá que ser parte de la solución" ha advertido Puigdemont que ha considerado el choque de trenes entre ambas instituciones como un "problema europeo".
Los líderes del 'procés' tenían claro que la imagen de los tres mosqueteros del gobierno hablando de la independencia de Cataluña ante un Parlamento Europeo que superaba el aforo era muy transcendente políticamente. Ir a la cámara donde el pueblo europeo está representado a decir que van en serio, que es hora de escoger un bando y que la posición no beligerante conllevará al choque institucional que perjudicará a la Unión Europea.
Del mismo modo, Puigdemont y compañía han aprovechado para denunciar ante las personalidades europeas la judicialización del 'procés' y el trato "decepcionante e hiriente" que han recibido por parte del Estado español que comenzó con el déficit fiscal, el recorte indiferente del Estatut y que ha desembocado en tres cargos políticos (Artur Mas, Joana Ortega, Irene Rigau y Francesc Homs) a tener que declarar ante un juez por impulsar la consulta del 9-N.
Es importante para el 'procés' que la política europea se coloque a favor de la celebración de un referéndum vinculante. Puesto que Europa manda y España obedece. Lo malo, es que la mayoría de los aproximadamente 500 representantes de las distintas formaciones políticas europeas (teniendo en cuenta que en la cámara solo cabían 350 se puede hablar de éxito) ya estaban convencidos o casi convencidos de lo que escuchaban. El mérito sería si sus detractores hubieran asistido a la cita, al menos, para escuchar la propuesta. Desgraciadamente, el boicot del PP pidiendo a los eurodiputados conservadores que no fueran a la conferencia no ha dado la posibilidad a Puigdemont de explicarse directamente a sus detractores.
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